Uno de los anime más populares de la década pasada, con un nivel de
popularidad que es directamente proporcional al odio que recibe. Como
primer acto en este blog renovado, vengo a defender su honor.
Basada en las novelas ligeras escritas por Reki Kawahara, la historia se desarrolla en el año 2022, cuando un videojuego de rol multijugador masivo en línea de realidad virtual —VRMMORPG, por sus siglas en inglés (Virtual Reality Massive Multiplayer Online Role Playing Game)— llamado Sword Art Online (SAO) acaba de ser lanzado. Allí, los jugadores pueden controlar sus avatares
tal como lo harían con sus cuerpos reales por medio del NerveGear, un
casco de realidad virtual capaz de estimular los cinco sentidos a través
de sus cerebros. Sin embargo, al final del primer día del lanzamiento, los jugadores se dan cuenta de que no
pueden salir del videojuego. Entonces aparece el creador de SAO,
Akihiko Kayaba, y les informa que si mueren en el mundo virtual
también lo harán en el mundo real, así como les revela que para poder
salir primero deben superar los cien pisos del juego.
A medida que los jugadores tratan de hacer frente a su situación, dos
de ellos Kazuto Kirigaya (apodado Kirito) y Asuna Yuuki, están decididos a ganar y ser
libres.1
No sé a ustedes, pero a mí esa sinopsis me parece copadísima. No es para nada original, claro está; es el concepto base de todos los isekai (género en el que el protagonista es enviado a otro mundo, ya sea paralelo, virtual o de fantasía). Sin embargo, el concepto se siente fresco y apropiado para esta época de constante avance tecnológico, especialmente allá por el 2012 cuando salió la primera temporada. Hoy tal vez sorprende un poco menos, pero para mi gusto sigue siendo interesante.
Antes que nada, tengo que confesar que una buena parte de ese 9 en mi calificación tiene origen nostálgico. SAO fue el primer anime que miré cuando recién me metí en este mundillo y, por supuesto me voló el bocho porque no tenía ningún parámetro. Los únicos que había visto completos hasta ese entonces eran los de mi infancia: Digimon Adventure e Inuyasha. Fue a fines de 2012, literalmente tres días después de que había terminado de salir la primera temporada, cuando me crucé con el título en mi búsqueda para elegir qué anime mirar primero. Fue amor a primer episodio y me añadió mucho entusiasmo por seguir mirando anime, así que le tendré cariño por siempre. Igualmente mi conexión emocional no significa que no veo las fallas que tiene, pero si la pusiera de lado creo que de todas formas dejaría el puntaje en un 8.
¿Por qué la gente lo odia tanto? Hay críticas que acepto y hasta comparto, y hay otras que es simplemente odiar lo que es popular solamente porque es popular, de la misma forma que mucha gente odia Naruto o las películas de Marvel. ¿Vieron esa gente que se burla de las obras populares y de todos los que las disfrutan solamente para sentirse superior por tener "buen gusto" y capaz que ni siquiera vieron más de un par de capítulos? Bueno, eso.
Ojo, como dije, hay críticas válidas y se las puedo mencionar ya mismo. En primer lugar, cae en clichés que simplemente dan fiaca, como el harén (absolutamente todas las mujeres que conocen a Kirito de alguna forma terminan enamorándose o al menos admirándolo; básicamente todo gira alrededor del protagonista varón, pero what else is new?) y el acoso sexual/fanservice innecesario (hay literalmente un intento de violación por temporada y un varios primeros planos de colas y tetas de mujeres). De todas formas, esto último realmente es escaso en comparación a otras obras; ciertamente no es suficiente como para arruinar toda la experiencia y hacerme considerar dejar de mirarlo como lo han hecho otros anime por esta misma razón. En segundo lugar, tiene ciertos problemas de ritmo en el desarrollo de la trama, pero esto es realmente solo en la primera temporada. El primer arco es el más interesante de toda la saga y sin embargo su duración es muy corta, sacrificada por un segundo arco mucho más flojo no solo de trama, sino de personajes, ya que la protagonista femenina casi ni aparece y cuando aparece es en un rol débil poco característico de lo que veníamos viendo de ella.
Eso es realmente de lo único que puedo quejarme sobre toda esta saga. Los que critican más allá de esto ya es porque son quisquillosos y quieren ir en contra de todo. Admito que esa última crítica sobre la protagonista femenina no es poca cosa, pero hay otras cuatro temporadas más para verla brillar y créanme que brilla, y no es la única. Obviamente el que termina dando el golpe final al enemigo siempre es el varón, pero es difícil pedirles otra cosa a los japoneses en este tipo de obras.
Bien, pasadas las críticas, puedo contarles por qué defiendo el honor de esta saga. La primera y tal vez más importante razón es que es entretenida de principio a fin. No hay forma de aburrirse, incluso cuando toca algún arco más flojo. Hay como un consenso de que la segunda temporada fue una porquería, pero a mí me entretuvo de todas formas. Y me parece totalmente válido calificar una obra basándose, en mayor o menor medida, en el nivel de entretenimiento que ofrece, más allá de las fallas que tenga. ¿Está lleno de estereotipos y desarrollos un poco forzados? Sí. ¿Sabemos que Kirito va a ganar siempre, incluso cuando parece que está todo en su contra? Por supuesto. ¿Eso evita que los momentos de clímax nos tengan al borde del asiento? Claro que no. Algunas series o películas hay que mirarlas sin analizar demasiado; hay que disfrutarlas por lo que son. La gente que se agarra de todas y cada una de las más mínimas fallas que tiene este anime se pierde de un gran entretenimiento. SAO no es una saga para sobreanalizar ni para tomarse tan en serio. Obviamente tiene sus momentos dramáticos, sus muertes trágicas y sus
giros argumentales. Los giros y revelaciones de hecho están muy buenos a
través de todos los arcos, logran sorprender y siempre son
interesantes. Debo admitir igualmente que el final de la saga no estuvo del todo bueno; nada que le quite valor al resto de la obra, pero no eligieron la mejor dirección para dar cierre al último arco.
La segunda razón para defender SAO es la animación. Obviamente que teniendo unos cien episodios en total la calidad de animación no va a ser perfecta en cada fotograma, pero realmente tiene muy buena animación en general. Y es interesante que cada arco tiene su propio diseño y estilo, ya que las realidades virtuales a las que entran son diferentes y los avatares que usan los personajes van variando. La animación de Alicization, el último arco, es particularmente buena. Muy, muy fluida y placentera a la vista, con un nivel superior a todo lo anterior. Pasan a usar CGI mucho más, pero el efecto 3D es sutil y no se ve descolocado como suele ocurrir. La saga realmente cierra con una calidad visual y de sonido increíbles.
La tercera razón son los personajes. Desde mi perspectiva, Kirito y Asuna son personajes icónicos que hasta los que no vieron el anime los conocen, y eso dice un montón. Son protagonistas recordables y que caen bien desde el principio, con diseños copados y habilidades vistosas. El diseño de Kirito de la primera temporada con su tapado largo y las dos espadas será siempre superior a todo.
Los personajes de SAO son personajes que quedarán conmigo siempre, a pesar de que realmente no ofrecen nada nuevo en cuanto a desarrollo o personalidad. Esto realmente sí viene de la nostalgia y de pasar ocho años siguiendo la saga de principio a fin; los personajes ya son como viejos amigos y disfruto enormemente cuando a cada uno le llega su momento de hacer su entrada y brillar. En especial me quedo con Asuna. Por siempre una de mis reinas, en el top de personajes femeninos. Una mujer fuerte que puede valerse por sí misma, sin perder su lado vulnerable y delicado. La amo.
Por último quiero alabar el soundtrack. Es hasta hoy en día, después de más de ocho años mirando anime, que el soundtrack de la primera temporada de SAO me parece uno de los mejores que he tenido el placer de escuchar. A Yuki Kajiura siempre se la puede reconocer fácilmente por el estilo de violines que compone, pero para mi gusto los de SAO son los más lindos que ha hecho, combinados con piano o arpa para los temas lentos y con guitarras eléctricas y batería para los de acción. A pesar de que ningún tema es más largo que tres minutos (la mayoría, de hecho, no pasan el minuto y medio), Kajiura logra transmitir emoción y acompañar las escenas de acción y drama a la perfección. Realmente es hermosísima música que sigo escuchando hasta hoy. Cualquier tema es lindo, pero puedo recomendar algunos de mis favoritos, como "Swordland", "In Your Past", "At Our Parting", "A Tiny Love", y "He Rules Us". Si hasta ahora no los pude convencer de darle una oportunidad a SAO, tal vez si escuchan algún tema del soundtrack les despierte alguna emoción positiva. 😉
En conclusión, Sword Art Online es una saga simple, es para sentarse y disfrutar una vistosa pelea de espadas con
personajes que no puede ser que no termines queriendo, acompañada con
una animación de casi constante calidad y un soundtrack maravilloso. Además es un buen candidato a primer anime, si es que están pensando en meterse en este antro: es fácil de mirar, tiene buenas escenas de acción, un poco de romance, un par de moralejas filosóficas simplificadas, y un poquito de todos los clichés que se pueden encontrar en el anime en general. Te da como una pequeña probadita de todo lo bueno y todo lo malo. Pero si ya miran anime y siempre miraron con desdén esta saga, realmente se las recomiendo, siempre y cuando sean el tipo de persona que puede disfrutar una obra más allá de las fallas.
Y como dato aparte, en este momento estamos a la espera de la película Sword Art Online: Progressive, que saldrá este año y expande ese primer arco que nos acortaron y que amamos tanto. Esta especie de precuela/reboot promete mucho y es probable que continúe, ya sea en más películas o en alguna serie corta, ya que hasta el momento hay siete novelas ligeras de este arco y todavía no está terminado. Así que de todas formas podremos ver el desarrollo verdadero del que sigue siendo el mejor arco de toda la saga. Algo para esperar con ansias este año.
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