Bienvenidos a Almas Dibujadas, un blog en el que podrán encontrar reseñas sin spoilers sobre la mayor variedad de series animadas que esta humilde escritora pueda encontrar para ustedes. Si hay algo que me encantaría tener relacionado con mi nombre —además de mis novelas de ficción—, es mi amor por las series animadas. Pocas cosas despiertan en mí el estusiasmo y alegría que me da la animación.
¿Por qué series animadas específicamente?
Desde hace ya muchos años me fascina la animación por las posibilidades ilimitadas que tiene, pero había visto poca variedad. En años recientes estuve tratando de meterme un poco más profundo, mirando películas independientes o poco conocidas y series que solía pasar de largo por prejuicio. Cada producto de animación nuevo que miro aviva las ya fuertes llamas de mi pasión y admiración por el formato. (Nótese que digo "formato" y no "género". El hecho de que premios famosos como los Oscars o Golden Globes pongan la animación separada del live-action crea una concepción errónea, pero dentro de la animación podemos encontrar historias de cualquier género: es un medio igual que el live-action, que puede separarse en drama, comedia, romance, musical, etc.)
Ya hablé un poquito sobre por qué amo la animación en mi reseña de Love, Death & Robots, pero si no tienen ganas de ir a leerla entera, les comparto el fragmento en el que lo explico:
"La razón obvia y principal por la que amo tanto la animación es porque no tiene límites. ¿Querés ver peces nadando por el aire en medio de un desierto? La animación lo consigue. ¿Una persona transformándose en zorro o lobo o robot? Claro que sí. ¿Monstruos o bichos terroríficos que parecen salidos de una pesadilla? Por supuesto. ¿Querés subirte a un dragón y volar por arriba de las nubes, ver cómo trabajan las emociones dentro de tu cerebro, entrar al internet y pelear contra un virus que roba datos, viajar en un castillo que camina, pelear contra aliens gigantes azules que tienen a los seres humanos como mascotas? Con la animación podés hacer todo eso y la experiencia puede verse de millones de formas distintas dependiendo de quién te la muestre y en qué época se haya creado.La animación es soñar con los ojos abiertos."
Siendo realista, es probable que una gran mayoría de las reseñas de este blog sean sobre anime, por la simple razón de que los japoneses son los que sacan más cantidad de series animadas por año. Ellos apuestan muchísimo más por la animación y la hacen para todos los tipos de público que existen. El lado occidental del mundo no tiene los ovarios para hacerlo con tanta constancia y se dirige casi exclusivamente a la demográfica infantil (hay excepciones, claro). Igualmente, yo estoy tratando de ampliar mi paladar de series animadas infantiles y estoy encontrando cosas muy, muy lindas. Cuanto más vieja me pongo, más me gustan las series para chicos, qué decirles, tienen una magia hermosa.
Sé que no es un nicho muy popular el de la animación y probablemente no me consiga muchos lectores. Hay mucho prejuicio por la animación porque se la asocia inmediatamente con Disney y los dibujitos de la infancia; se la desestima por ser "para niños", como si eso le sacara mérito o la posibilidad de contar historias serias, sin mencionar que es un concepto proveniente de la ignorancia (los que dicen eso obviamente no han visto anime). La animación es para todos; incluso una serie hecha para un público infantil puede ser enormemente disfrutada por los adultos, tal vez incluso más que los niños, porque podemos leer mejor entre líneas. Si con este blog consigo que al menos una persona cambie su percepción sobre la animación, me consideraré exitosa.
Actualmente, es el tipo de serie que más disfruto y más miro, el único que me sigue ofreciendo las historias más originales. Así que elijo ser fiel a mis gustos y crearme este pequeño refugio de magia e imaginación sin límites y acurrucarme junto a las almas dibujadas que viven en él. Espero que me acompañen.
Este es Yato del anime Noragami, por cierto |