24 marzo, 2021

Keep Your Hands Off Eizouken!


Sinopsis
 
Las protagonistas son un trío de estudiantes de secundaria que deciden crear un club escolar de animación en el instituto Shibahama. Midori Asakusa es una joven apasionada por el anime y que presta especial atención al entorno que le rodea. Su mejor amiga, Sayaka Kanamori, no comparte ese interés pero tiene olfato para los negocios e intentará ayudarla en todo lo que pueda. La tercer miembro es Tsubame Mizusaki, una joven modelo de familia adinerada cuyo verdadero sueño es convertirse en animadora, y que conoce a las dos jóvenes cuando intenta huir de sus guardaespaldas.
Toda la historia se desarrolla en Shibahama, una ciudad ficticia que está marcada por su desarrollo irregular. En un primer momento las chicas plantean un club de animación, pero la dirección del instituto se niega a inscribirlo porque ya existe un club de anime. Sin embargo, Kanamori descubre un vacío legal para registrarlo como un «club de investigación de cine» que les permitiría crear cualquier tipo de película, incluidas las de animación. A partir de ese momento, las protagonistas deciden trabajar en equipo y sobreponerse a las adversidades para convertir su sueño en realidad.1
 
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Opinión personal
 
 
 Les traigo y presento mi anime favorito del año pasado. Durante los primeros tres meses del año 2020, cuando todavía éramos felices y no existía la pandemia, llegó a nuestras vidas este bello anime, que luego ganaría premios como Anime del Año en los Tokyo Anime Awards Festival 2021, Mejor Director y Mejor Animación en los Crunchyroll Anime Awards 2021, y entraría en listas de las mejores series del 2020 del New York Times y el New Yorker.
 
Como ven en la sinopsis que Wikipedia nos ha brindado tan amablemente, este anime es sobre hacer anime. Son tres amigas que arman un club en su escuela para crear sus propios cortos de animación. Eso es todo. Con esa premisa tan simple, encontramos una carta de amor a la animación, con todos los problemas y desafíos de producción que incluye. Para los que sabemos poco y nada sobre el proceso de producción de una obra animada, este anime provee un buen vistazo al detrás de escena que uno nunca piensa cuando mira algo animado, como por ejemplo el movimiento del agua o el caminar de una persona, algo que uno realmente da por sentado y toma muchísimo tiempo y trabajo no solo de dibujo sino también de logística. Después de mirar Eizouken adquirí una mayor perspectiva y aprecio por los pobres esclavos que trabajan para dar vida a los dibujos. Realmente es un trabajo arduo y frustrante y, por desgracia, ligado íntimamente al tiempo y al dinero. Por supuesto este vistazo está digamos simplificado, ya que la historia transcurre en una secundaria, no en un estudio de animación. Pero es buen testamento de las dificultades que se le presentan a un equipo creativo con poco presupuesto para desarrollar su obra, y lo difícil que es el trabajo de un director, que tiene que delegar tareas y hacerse entender para que se haga su visión. Hay varias pequeñas y sutiles críticas a la industria real de animación disfrazadas de problemáticas ligadas a la escuela y sus directivos. 
 
 
Como dije, este anime es una carta de amor a la animación; probablemente si buscan otras reseñas sobre él verán esta misma frase, porque es la que mejor lo define. En todos los episodios se siente el cariño por este medio y se lo aprovecha de la mejor manera. Si bien toda la parte “informativa” digamos sobre el proceso de poner en marcha un corto animado es muy interesante, lo más lindo que tiene Eizouken es el uso de la imaginación. A medida que este grupo de amigas van creando sus cortos, nosotros podemos ver esas ideas en movimiento mientras las discuten. Cuando entramos en estas secuencias, el estilo de diseño cambia y se ve más como bocetos que cobran vida: dibujos a medio terminar, con trazos poco definidos, y coloreados muy básicamente; hasta el sonido es como un boceto, ya que los que dan voz a los personajes hacen los sonidos de las onomatopeyas, lo cual le da un toque rústico divino. Es en estas secuencias donde se representa aquello que hace que amemos tanto la animación: las posibilidades infinitas y el poder de la imaginación. Las protagonistas se meten en sus bocetos o storyboards, y nosotros las acompañamos mientras navegan esa realidad que han creado y perfeccionan detalles de la trama sobre la marcha. Estas secuencias son magia pura, imaginación en movimiento. Hay mucha improvisación en ellas; a mí inmediatamente me hizo acordar a cuando jugaba de chica, que creaba historias al mismo tiempo que las actuaba, dejando volar mi imaginación por donde me llevara sin pensarlo mucho. Por eso miré todos y cada uno de los doce episodios de este anime con una sonrisa enorme.
 
 
El otro gran aspecto que hace tan lindo este anime son los personajes, estas tres estudiantes de secundaria que participan de este club de cine por sus respectivas razones. Tenemos a la protagonista principal, Asakusa, una chica medio tímida pero que ama la aventura; tiene una ávida imaginación que no para de crear escenarios, máquinas y monstruos inspirándose en las cosas que la rodean. Ella crea las tramas de los cortos y también diseña los fondos y los personajes. Por otro lado tenemos a Mizusaki, hija de actores y conocida modelo; ella ama la animación en su sentido más literal. Le apasiona estudiar el movimiento de las cosas y las personas y reproducirlo a través de dibujos. Ella se encarga de animar los personajes y objetos de los cortos. Un trabajo súper complejo que requiere de mucha atención al detalle. La pasión que ella siente por una animación bien hecha es algo hermoso realmente. Y, por último, tenemos a Kanamori, una joven alta, intimidante y corajuda que se encarga de la producción, un trabajo que es casi o igual de agotador que el de los creativos.
Estas tres chicas con personalidades tan diferentes (la soñadora, la emotiva, y la seria) tienen una dinámica muy linda e interesante. Es a través de ellas que conocemos cómo se vive el detrás de escena de la creación de un corto animado. Cada una se estresa por aspectos distintos del proyecto y los resuelve a su manera. En general la productora tiene que estar persiguiendo a las creativas para que el proyecto avance porque se distraen jugando y probando ideas totalmente irrelevantes para el corto pero útiles para el proceso creativo de cada una. Esto suma mucho a la dinámica entre los personajes y nos da unos lindos momentos de comic relief que disfruté mucho.
 
A mucha gente no le gustó el diseño de los personajes, cosa que es comprensible porque no son ni convencionales ni especialmente placenteros a la vista. Son característicos del estilo del director de este anime: Masaaki Yuasa, director de películas como Mind Game (2004) o Night is short, walk on girl (2017). Los personajes se ven especialmente planos, como caricaturescos, y casi hasta deformes a veces. Es un estilo al que hay que acostumbrarse, pero tiene su encanto.
Lo más lindo del diseño igualmente son los fondos. Esta ciudad ficticia de Shibahama es una cosa sin pies ni cabeza, totalmente ilógica en su diseño y se presta para fondos muy bellos, detallados e interesantes. Este lugar da ganas de ponerse el sombrero camuflado y salir a explorar como Asakusa.


También quiero comentar sobre unos pequeños homenajes que me sacaron una sonrisa. Se nota un claro homenaje a Hayao Miyazaki desde el principio, por ejemplo con la aparición de una serie que él dirigió antes de fundar Studio Ghibli, o ciertos diseños de máquinas voladoras que recuerdan a los de Castle in the Sky. También hay uno muy gracioso más al final, durante una de las secuencias dentro de los bocetos, una de las protagonistas está directamente disfrazada de Miyazaki. Y, por supuesto, porque no podía faltar, hay una referencia a la escena de la motocicleta de Akira (1988) que se ha recreado en miles de películas, y también a los robots gigantes llamados Eva de Neon Genesis Evangelion (1995). Referencias que, indudablemente, un fan del anime disfrutará mucho. Tal vez haya más, pero esas son las que yo pude reconocer.
 
En otros aspectos puedo comentar sobre el trabajo de las seiyuu (actrices de voz), que hacen un gran trabajo vocalizando los sonidos dentro de las secuencias de bocetos; verbalizan onomatopeyas de mecanismos en movimiento, explosiones, viento, agua, todo lo que requiera la escena. Además me gusta mucho el tono ronco o rasposo de Asakusa, me hace acordar un poco a la voz de Awkwafina; no se escuchan personajes femeninos con una voz así muy frecuentemente, menos en ambiente de escuela.
La música no destaca mucho; es simple, pero efectiva. El opening es GENIAL con todas las letras; uno de mis favoritos no solo del año pasado sino en general. Les dejo el link para que lo vean; es pegadizo, alegre y juguetón, concuerda mucho con el tono del anime.
 
 
En conclusión, recomiendo mucho este anime para aquellos que les interese saber un poquito sobre lo difícil que es hacer animación, las miles de cosas que hay que tener en cuenta. Eizouken desborda de cariño hacia la animación, le hace honor, la homenajea y la muestra en su mayor esplendor. Es hermoso ver la pasión de las protagonistas por realizar un buen corto animado dentro de las posibilidades y conocimiento que ellas tienen; se nota el amor al arte. Como escritora, me sentí interpelada en varias ocasiones, ya que hacer arte tiene muchos aspectos universales.
Keep Your Hands Off Eizouken! es una carta de amor a la animación. Si ya tenían admiración por el medio como yo, seguramente les sacará una sonrisa y los reconfortará. Si nunca se habían planteado el valor enorme que tiene la animación, espero que este anime los ayude a verlo y apreciarlo.

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