Datos técnicos:
Título: Haikyuu!!
Estado: En emisión
Año: 2014-presente
Estudio: Production I.G.
Géneros: deportes, escuela, shounen, comedia, drama
Calificación personal: ⭐⭐⭐⭐⭐ (10/10)
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Bueno, Valeria, ¿vas a dejar de ser prejuiciosa o no? Primer aviso. (Sí, me amenazo a mí misma.) Por ser así de idiota casi me
pierdo de varias series y animés que terminaron estando entre mis favoritos, como
Gravity Falls o My Hero Academia, y ahora fue el turno de Haikyuu!!. No puedo creer que estuve tanto tiempo sin tenerlo en mi
vida, por dios, perdón por mi error. Pero ya aprendí mi lección, lo prometo.
La historia da comienzo cuando Shōyō Hinata, aún siendo un
estudiante de primaria, ve un partido de voleibol por la televisión, en el cual
jugaba un jugador al que él se refiere como "Pequeño Gigante". Desde
entonces, pretende convertirse en alguien como el "Pequeño Gigante"
debido a que ambos son bajos de estatura y comienza a aficionarse por este
deporte. Shōyō logra montar su propio club de voleibol en su escuela, pero
resulta ser que es el único miembro. A pesar de este problema, no se rinde y
entrena como puede por su cuenta. Finalmente, consigue que ingresen al club
otros cinco miembros, con los cuales participa en su primer torneo. Sin
embargo, son derrotados por el equipo favorito del campeonato, el mismo equipo
al que pertenece Tobio Kageyama, un habilidoso joven que es apodado "El
rey de la cancha". Desde ese entonces, surge una fuerte rivalidad entre
Shōyo y Tobio. Por ello, Shōyō sigue entrenando con el objetivo de entrar al
club de voleibol del Instituto Karasuno, en el cual una vez estudió el
"Pequeño Gigante". Sin embargo, al graduarse y entrar a la
preparatoria Karasuno, para gran sorpresa e irritación suya, se encuentra con
que uno de los otros aspirantes al club de voleibol de primer año es el mismo
Tobio Kageyama.1
Creo que debería comenzar esta reseña aclarando que jamás me
llamaron la atención los animés de deporte, básicamente porque no me interesa
casi ningún deporte, jaja. Irónicamente, el vóley siempre me gustó desde que me
lo hacían jugar en primaria. Siempre me pareció entretenido y creo que me
defendía bastante bien considerando que siempre medí 1.55 m., aunque eso a ustedes no les
interesa. 😋
Conocía la existencia de Haikyuu
desde hace varios años, pero siempre me generó rechazo por alguna razón. Tal vez
porque conozco el formato de este género y sé que hay mucha lentitud porque los
personajes narran las jugadas mientras compiten. ¿Quién en su infancia no vio
en la tele algún episodio de Captain
Tsubasa (o Súper Campeones, si
son de Latinoamérica)? Eran lentísimos. Tardaban como tres capítulos en cruzar
la cancha y no pasaba casi nada en el camino. Erróneamente asumí que Haikyuu
seguiría un formato similar y me parecería aburrido. No me alcanzan las
palabras para describir lo equivocada que estaba.
Si tuviera que resumir mi reacción general al ver este animé sería
esta:
Haikyuu es adrenalina
pura. Técnicamente sigue la estructura común del género de deportes: hay
partidos que duran entre diez y trece episodios, y hay mucho de lo que es
análisis del contrincante y cómo ajustarse a él para ganar; hay por supuesto
muchos comentarios sobre las acciones de los jugadores y mucho monólogo
interior. Sin embargo, jamás se hace tedioso. De hecho, añade emoción a los
partidos. No les puedo explicar los nervios que llegué a sentir en ciertos
momentos: me temblaban las manos y me latía rápido el corazón. Festejé cada
punto como si lo hubiera hecho yo. Hubo un punto en especial que lo festejé con
el alma y realmente me vuelvo a emocionar cuando pienso en toda la escena y en
todos los acontecimientos que llevaron a ella. No voy a decir cuál es porque
sería un spoiler, pero por favor, la construcción que se hizo para llegar a ese
momento fue maravillosa y el momento en sí fue espectacular.
Pero ya desde el principio los partidos son emocionantes y
súper entretenidos, incluso cuando todavía no conocemos mucho a los
protagonistas. El animé no pierde tiempo y va directo al grano: acá es vóley,
vóley y vóley. No hay otra cosa. Si esperaban ver un slice of life o animé
común de escuela, no lo van a encontrar. Acá lo que hay son entrenamientos y
partidos. Eso es todo lo que tiene. Sin embargo, funciona muy bien y nunca se
siente repetitivo. ¿Es absolutamente predecible? Claro que sí. ¿Acaso esto le
quita disfrute y emoción? Para nada.
La razón principal de esto es por los personajes. Acá tenemos
toda la variedad de personajes que todos conocemos del género shounen: el
protagonista con pelo de color llamativo que tiene habilidades natas
impresionantes, el serio que no sabe comunicar bien sus emociones, el frío que
resulta no ser tan frío, los típicos babosos, etc. Tenemos todos los
estereotipos, pero son personajes
redondos y distintivos. Todos tienen motivaciones interesantes y casi todos
tienen un crecimiento enorme en lo que va del animé. A medida que cada jugador
se ve afectado por sus errores en los partidos, su desarrollo como persona va
creciendo y avanzando; los partidos en sí son enormes escenarios de desarrollo.
Por suerte esta historia nos da un tratamiento bastante realista a los
protagonistas y no los hace ganar todo de una a pesar de que individualmente
tienen mucho talento. Si bien es fácil darse cuenta de cuándo van a perder y
cuándo van a ganar, lo que realmente interesa es cómo los personajes llegan a
eso tanto individual como grupalmente. No importa realmente si te sorprenden
los resultados de los partidos. Lo que más nos interesa es ver a los personajes
navegar cada situación.
Yo ya desde el capítulo 3 adopté a Hinata y Kageyama (los del gif de arriba) y juré
protegerlos de todo mal. Si vieron My Hero Academia, Hinata me recuerda mucho a Deku: un protagonista entusiasta pero que tuvo que trabajar solo mucho tiempo hasta encontrar a sus compañeros; es imposible no adorar la resiliencia que tiene ante los obstáculos, su interminable energía y su constante deseo de aprender y mejorar. Kageyama, por su lado, es serio y obsesivo y le cuesta comunicarse con sus compañeros; su gran desafío como armador es dejar de querer controlar todo. Lo quiero muchísimo, me parece un personaje súper identificable y hermoso.
La verdad igual es que todos son personajes muy, muy lindos
y los quiero abrazar a todos y cada uno de ellos. Su desarrollo como equipo es
bellísimo e inspirador. Como todo buen shounen, no puede faltar la temática del
compañerismo en momentos de adversidad, y menos en uno de deportes. Es muy
emocionante ver a todos estos chicos de personalidades tan variadas encontrar
el lazo que los une para jugar al vóley. Suena muy Disney todo, pero la verdad es
que es hermoso de ver. Este animé me levantó el espíritu, me despertó, me
devolvió a la vida, gracias a estos personajes. Era algo que desesperadamente
necesitaba durante esta situación de la pandemia y la cuarentena; necesitaba
sentirme feliz y emocionada y acompañada. Haikyuu
fue la medicina perfecta. Además tiene un humor muy lindo e inocente que me
sacó un montón de carcajadas y muchas más sonrisas. Realmente me trajo mucha
felicidad.
Mis elogios no terminan ahí. También hay que destacar la
animación. Es una cosa bellísima, fluida y colorida que nunca pierde calidad en
las cuatro temporadas que tiene hasta ahora. La forma en que están filmados los
partidos es espectacular y saben muy bien cuándo enlentecer la imagen y cuándo
acelerarla para causar el efecto deseado. La emoción que se siente durante cada
punto de cada partido es únicamente gracias a la dirección y la calidad de
animación. La verdad en ese aspecto es impecable.
También hay que hablar de la música de Yuki Hayashi, el que
también nos dio el maravilloso soundtrack de My Hero Academia. Igual que en el animé de héroes, en Haikyuu tenemos temas energéticos que
transmiten mucha emoción y van perfecto con la adrenalina del momento. La verdad
es que es muy fácil notar que el compositor es el mismo porque el sonido es muy
similar (de hecho ni lo tuve que buscar, me di cuenta al toque que empezó a
sonar el primer tema movido) y, si bien creo que logró mejor el OST de MHA, el
de Haikyuu está muy bien también.
Por favor, miren la fluidez del movimiento y la INTENSIDAD. Y ni siquiera tiene sonido esto. |
Algo que quiero comentar también es que no hay mujeres
sexualizadas. Es cierto igual que hay pocas mujeres (cosa que es esperable en
un shounen), pero las que hay también son personajes bien construidos como los
masculinos y no se las muestra nunca de forma sexualizada, cosa que es algo
enorme a destacar ya que lamentablemente no pasa muy seguido. Más bien diría
que se sexualiza más a los hombres de alguna forma, aunque sutilmente. Me sorprende
que no sea considerado un shoujo, la verdad; siento que hay mucho contenido
apuntado a las mujeres o, en su defecto, a las personas que les atraen los
hombres, y la verdad no me quejo. O quizás es que los creadores se dieron
cuenta de que a las mujeres nos encantan los shounen también y nos dieron para que
nos entretengamos de sobra. Por la razón que sea, lo agradezco.
Bueno, a ver, ¿solo tenés elogios para este animé? La verdad
que sí. No tengo ni una mísera crítica. Creo que es objetivamente uno de los mejores shounens que existen (de hecho, la
segunda y tercera temporadas están en el Top 25 en MyAnimeList, cosa que es un
montón). Sin magia ni poderes ni guerras ni tramas políticas ni cuestiones
filosóficas, Haikyuu igual logra
transmitir un montón de emociones y conectar profundamente con la audiencia. Lo
único que hay es vóley, pero tiene mucha pasión, un corazón enorme y personajes
entrañables y hermosos.
Cuando lo empecé a mirar lo tomé como que iba a ser algo
para entretenerme durante la cuarentena ya que casi no están saliendo series, pensé
que iba a ser algo para pasar el rato. Qué ingenua fui. Terminé mirando los 75
episodios disponibles en solo siete días; fue mi récord. Y de hecho tuve que
forzarme a mirarlo más lento porque no quería que se acabara. Es adictivo: una
vez que empieza un partido es imposible parar hasta que termina. Te mantiene al
borde del asiento y te transporta. Es difícil de describir realmente; tienen
que mirarlo y comprobarlo ustedes.
Como dije, este animé me devolvió a la vida, me hizo bien al
alma. No me alcanzan las palabras para recomendarlo con más énfasis. Y eso
viene de alguien que estaba totalmente negada con el género de deportes. Si les
gusta el buen animé, por favor mírenlo. Si no suelen mirar animé, este podría
ser una buena introducción. Siento que no hay forma de que no les provoque
alguna emoción positiva.
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